En un esfuerzo por obtener un apoyo directo del gobierno federal para su producción de maíz, campesinos de cuatro estados mexicanos –Sinaloa, Querétaro, Estado de México y Guanajuato– mantuvieron bloqueados al menos 10 puntos carreteros en diferentes regiones del país. Aunque el acuerdo se alcanzó finalmente, la decisión de mantener las protestas hasta que se cumplieran los términos del convenio provocó importantes retrasos y consecuencias económicas para la economía nacional.
Según la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (Canacintra), las manifestaciones, que comenzaron el lunes y se prolongaron durante dos días, dejaron una huella devastadora en las rutas logísticas estratégicas de los corredores del Bajío, Occidente y Altiplano. El impacto sobre la economía fue significativo, con pérdidas superiores a los 2,300 millones de pesos.
Entre las consecuencias más graves se encuentran el aumento en los retrasos del transporte, la cancelación de envíos y la interrupción de suministros esenciales. La paralización de la logística también afectó a pequeñas y medianas empresas que dependen de estos corredores para distribuir sus productos.
La situación se tornó crítica en algunas regiones, donde los agricultores vieron cómo su producción se veía amenazada por la falta de transporte. «No podemos seguir así», declaró uno de los líderes campesinos. «Necesitamos un apoyo directo del gobierno para poder mantenernos a flote».
A pesar de las dificultades, el acuerdo finalmente se alcanzó después de intensas negociaciones entre representantes gubernamentales y agrupaciones campesinas. Según fuentes oficiales, el gobierno federal acordó un apoyo directo de 950 pesos por cada tonelada de maíz producida en los cuatro estados involucrados.
Sin embargo, la tensión siguió presente mientras las protestas se prolongaban. «Estamos trabajando para restablecer la normalidad y minimizar el impacto económico», aseguró un portavoz del gobierno federal.
La crisis también generó un debate sobre la importancia de fortalecer la agricultura mexicana y reducir la dependencia de las importaciones de alimentos. «Es hora de que nos concentremos en apoyar a nuestros productores y garantizar la seguridad alimentaria para nuestro país», sostuvo una fuente próxima al sector agrícola.
En el contexto, la Canacintra ha advertido que es fundamental fortalecer la logística y mejorar las condiciones de trabajo para los campesinos. «Nuestro objetivo es crear un entorno más favorable para que nuestros productores puedan prosperar», sostuvo una fuente de la institución.
Mientras se espera que la situación vuelva a la normalidad, la crisis ha dejado claro el valor del diálogo y la cooperación entre las partes involucradas. «Es hora de trabajar juntos para construir un futuro más próspero para todos», sostuvo otro líder campesino.






