La relación entre ambos países era relativamente cordial hasta 1979, cuando la Revolución Islámica llevó al poder a los ayatolás y estableció una república islámica en Irán
La rivalidad entre Israel e Irán ha sido una fuente constante de inestabilidad en Medio Oriente, marcada por una serie de conflictos y tensiones que se han intensificado a lo largo de los años. Irán considera que Israel no tiene derecho a existir y lo ve como un aliado del “gran Satán”, es decir, Estados Unidos. Por otro lado, Israel acusa a Irán de financiar grupos “terroristas” y de atacar sus intereses, impulsado por el antisemitismo de los líderes iraníes.
La relación entre ambos países era relativamente cordial hasta 1979, cuando la Revolución Islámica llevó al poder a los ayatolás y estableció una república islámica en Irán. Desde entonces, Irán ha roto relaciones con Israel y ha apoyado activamente a grupos palestinos y a organizaciones como Hezbolá en Líbano.
Israel, por su parte, ha adoptado una postura cada vez más hostil hacia Irán, considerándolo una amenaza existencial. Esta rivalidad ha dado lugar a una serie de acciones encubiertas, incluidos ataques y operaciones de inteligencia, en los que ambos países han estado involucrados en terceros países de la región.
Uno de los principales puntos de conflicto ha sido el programa nuclear iraní, que Israel ve como una amenaza grave para su seguridad. Israel ha sido acusado de llevar a cabo operaciones encubiertas para sabotear el programa nuclear iraní, mientras que Irán ha denunciado a Israel por asesinar a científicos clave involucrados en el programa.
La guerra civil en Siria también ha exacerbado las tensiones entre ambos países, ya que Irán ha apoyado al régimen de Bashar al-Assad, mientras que Israel ha llevado a cabo ataques contra objetivos iraníes en Siria.
En 2021, los enfrentamientos entre Israel e Irán se trasladaron al mar, con acusaciones mutuas de ataques contra buques en el golfo de Omán y el mar Rojo.
La escalada de tensiones entre Israel y grupos palestinos, como Hamás, así como los enfrentamientos en la frontera con Líbano, han generado preocupación por un posible conflicto más amplio en la región, que podría involucrar directamente a Israel e Irán.